Madrugada de pánico en Saavedra

El incidente ocurrió en un edificio de 18 pisos donde residen más de cien personas.


El incidente ocurrió en un edificio de 18 pisos donde residen más de cien personas.



Eran cerca de las tres de la madrugada cuando el silencio del barrio de Saavedra fue interrumpido por las sirenas. En el edificio de Jaramillo al 2800, entre Crámer y Vidal, un llamado desesperado alertó a los servicios de emergencia: una persona se había desmayado y había olor a gas. Lo que al principio parecía una fuga común, terminó siendo un cuadro grave de intoxicación por monóxido de carbono que afectó a doce personas. Cuatro de ellas, integrantes de una misma familia, fueron derivadas de urgencia al Hospital Pirovano con cifras alarmantes en sangre: entre 23% y 48% de monóxido.

Todo ocurrió en un departamento del cuarto piso, donde vivía la familia más afectada: una mujer de 53 años, un hombre de 57, y sus dos hijas, de 18 y 21 años. Todos presentaban síntomas severos: mareos, náuseas, confusión, dificultad para respirar. Fue su rápida reacción -y la de los vecinos- la que evitó un desenlace fatal. "Sentimos un olor raro, muy fuerte, y empezamos a marearnos", relataron a los bomberos.

Inmediatamente, los efectivos de la Ciudad evacuaron el edificio, cortaron el suministro de gas y coordinaron junto al SAME el operativo sanitario. Cuatro ambulancias y una unidad de triage trabajaron en el lugar para asistir a los residentes, mientras el pánico se apoderaba del resto del edificio, una torre de 18 pisos donde viven más de cien familias. Los departamentos del tercer y quinto piso, linderos a la unidad afectada, también registraron casos de intoxicación.

Otras ocho personas fueron atendidas en el lugar.  El monóxido de carbono es un gas traicionero. No tiene olor, ni color. Se filtra silenciosamente desde artefactos defectuosos, calderas mal ventiladas, estufas mal reguladas. Y mata. Lo hace apagando, lentamente, el oxígeno en sangre. Por eso es llamado "el asesino invisible". En este caso, la suerte y la rapidez del operativo evitaron lo peor. Según fuentes de la investigación, la ventilación interna del edificio habría favorecido la propagación del gas a los pisos contiguos. Aún se intenta establecer el origen exacto de la fuga, aunque se presume una falla en un calefón o en un sistema de calefacción dentro del departamento.

Las autoridades recomendaron a los vecinos ventilar todas las unidades, revisar artefactos y prestar atención a cualquier síntoma compatible con intoxicación: mareos, náuseas, dolor de cabeza, visión borrosa, palpitaciones. "No hubo que lamentar muertes, pero podría haber sido una tragedia", aseguraron desde el SAME. Cada año, cientos de personas son hospitalizadas por monóxido de carbono en Argentina, especialmente en invierno. Y muchas de esas intoxicaciones terminan con desenlaces fatales. La familia internada permanece en observación. Su estado es estable. "Hoy fue una alerta. Pero mañana puede ser cualquiera", dijo un vecino. (Big Bang News)